martes, 25 de marzo de 2008

Capítulo 2

- Buenos días señor, disfrute de su vuelo - sonríe una rubia y escandinava azafata, a lo que yo asentí con la cabeza.

Avanzando por el siempre estrecho pasillo, billete en mano, busqué mi asiento entre un caos de personas que iban de un lado para otro, colocando sus equipajes de mano en los compartimentos, algunos leyendo los manuales y revistas del avión … todo en medio de un montón de voces, muchas de ellas en escandalosa profesión de diversos dialectos de lo que parecía francés.

Al fin encontré mi sitio, daba junto a la ventanilla tal como había solicitado. Tras depositar mi ruidosa maleta en un hueco que me dejaron, me dejé caer ligeramente sobre el asiento. Un segundo después había desconectado de todo, absolutamente, tanto, que parecía que mis pensamientos me estuviesen esperando en París, dibujando en mi mente bellas estampas, ofreciendo al resto de mis sentidos toda clase de sonidos, ruidos y canciones, olores … que ya empezaba a disfrutar. Y también estaba … lo otro. Mirando por la ventanilla pensaba ahora en si era cierto lo que dicen. ¿ Sería en realidad París la ciudad del amor ? ¿ Me ayudaría eso en el propósito de mi viaje ?

No hay comentarios: